Una auténtica declaración de amor al séptimo arte. Así podría resumirse la 28 edición de los Premios Goya. Ni las ausencias de última hora, ni la lluvia que arreciaba en la noche de ayer en las inmediaciones del Centro de Congresos Príncipe Felipe han deslucido ni un ápice de la conocida ya como Fiesta del Cine Español.
Las Brujas de Zugarramurdi (Álex de la Iglesia) y Vivir es fácil con los ojos cerrados (Fernando Trueba), con ocho y siete Goyas respectivamente han sido los nombres propios de una gala, en la que desde el punto de vista técnico, la Academia de Cine salió airosa de dos horas y media de riguroso directo.
Buena parte del éxito debería atribuírsele al equipo de protocolo, que encabezado por Gloria Campos (Directora General de IPSE- Instituto Superior de Protocolo y Eventos) que fue capaz de acomodar a los 2.000 invitados al evento en tiempo record. A continuación hacemos un repaso a los momentos estelares de la velada:
Alfombra roja
Como en toda evento cinematográfico que se precie no podía faltar la alfombra roja. Dos horas antes de la gala comenzaba el paseíllo de actores y actrices. Antes de posar ante los medios gráficos y responder a las preguntas de los periodistas, recibían el saludo del presidente de la Academia, y por tanto, anfitrión de la ceremonia, Enrique González Macho, así como de su vicepresidenta y director, Judith Colell y Emilio Pina. Si por algo se ha caracterizado el photocall de esta edición ha sido por la apuesta por diseñadores españoles, todo un guiño a la marca España.
El papel de Manel Fuentes
El showman catalán no lo tenía nada sencillo en su estreno como director y presentador de Los Goya. Al listón puesto por sus predecesores se suma la adaptación de última hora del guión a la ausencia del ministro de Cultura, José Ignacio Wert. «El cine es algo más que una ausencia o una presencia», aseguraba en su speech inicial, toda una declaración de intenciones… Sin embargo las alusiones al ministro estuvieron presentes en más de un discurso de los premiados.
«He hablado con los responsables de TVE y de la Academia de Cine, y están contentos con el resultado. Mi cometido era estar al servicio de ellos, y por eso me voy satisfecho», reconocía Fuentes a modo de balance de la experiencia a la agencia EFE. Preguntado sobre si el próximo año repetiría como maestro de ceremonias, se ha mostrado cauteloso: «Es muy pronto para decir si volvería a presentar los Goya».
Emociones, risas e invitados virtuales
Los expertos destacan que ha sido gala ágil, que ha huído de rellenos innecesarios. Coinciden en señalar las palabras de Terele Pávez (mejor actriz de reparto) y de Jaime de Armiñán (Goya de Honor) como los más emotivos de la noche, no en vano fueron los únicos que consiguieron poner en pie al auditorio.
Por su parte, las redes sociales se fijaron en los actores virtuales que se colaron en el patio de butacas del Centro de Congresos Príncipe Felipe, coincidiendo con la entrega del Goya al mejor corto animado.
Nada mejor que una lluvia de palomitas como broche. La 28 edición de los Goya ya forma parte de la historia de nuestro cine, la 29 comienza a rodarse… www.revistaprotocolo.com