Vivimos en un mundo eminentemente digital. La tecnología se encuentra en casi cada acción de nuestro día a día, vela por nuestra seguridad y nos hace la vida más cómoda contribuyendo al bienestar de las personas. El buen uso de la IA no solo está cambiando la realidad de las empresas, sino también la de nuestra sociedad.

Además de la educación, la seguridad y la comunicación, entre otros ámbitos, la accesibilidad, integración y la mejora de la calidad de vida de las personas, se han transformado en nuestros días en prioridades sociales. Y en materia tecnológica hemos asistido a avances importantes en estos campos gracias, especialmente, a las oportunidades que la IA nos brinda.

Gracias a la inteligencia artificial aplicada a la neurología, hoy es posible generar un modelo matemático para ver cuál es el mejor fármaco para cada paciente, mejorar la precisión de un diagnóstico o que una persona con discapacidad visual, auditiva, con serios daños medulares o con movilidad reducida, pueda caminar sola, comunicarse, comer y mejorar significativamente su calidad de vida.

Desde un holograma para responder a una videollamada con aplicaciones en telemedicina para poder ver al paciente en 3D, asistir a personas con Alzheimer como Nuka, el primer peluche con inteligencia artificial, hasta un perro robot para la seguridad que puede detectar elementos sospechosos, reconocerlos y generar una alerta, incluso dar de comer a las personas con dependencia con AI Eat, el robot que ofrece Barcelona Aging Collaboratory, una plataforma de innovación que crea soluciones para las personas mayores.

Por su parte, la industria del desarrollo de exoesqueletos para la rehabilitación de lesiones está en constante auge. Una tecnología robótica que permite acelerar y mejorar notablemente la rehabilitación de las personas que han sufrido un ictus, cirugías o lesiones medulares. Como la nueva generación de exoesqueletos robóticos que desarrolla Able Human Motion. La tecnología de la start-up catalana, contribuye activamente a que personas con movilidad reducida puedan ponerse de pie, caminar y sentarse.       

Hemos asistido a avances importantes en la integración y calidad de vida de las personas gracias a la inteligencia artificial aplicada a la neurología.

Y es que la realidad, pone de manifiesto que los nuevos escenarios tecnológicos están ocasionando un cambio también en los nuevos modelos sanitarios y de investigación científica, con el fin mejorar la detección precoz, la prevención, el diagnóstico y tratamiento de diferentes de enfermedades.

El Mobile World Congress (MWC), por ejemplo, hace años que va más allá de la telefonía móvil y se ha abierto a otros campos de adopción de la tecnología. En la pasada edición se pudieron ver perros robotizados, sistemas de reconocimiento facial de mascotas y nuevos dispositivos para personas con movilidad reducida.

Experiencias olfativas, auditivas, eliminar barreras físicas y sensoriales  fueron algunas de las soluciones que star-ups, asociaciones tecnológicas, centros de investigación e industrias de nuestro país presentaron en el MWC para impulsar proyectos de innovación en el ámbito de la salud digital.

En ese sentido, la Fundación Prevent, dedicada a la concienciación, formación e inclusión laboral de las personas con discapacidad, recorrió el congreso con un grupo de personas con distintas discapacidades para conocer de primera mano cómo los avances tecnológicos pueden contribuir a mejorar su calidad de vida.

¿Por qué investigar en neurología?

Según Society for Neuroscience (SfN), nuestro sistema nervioso no trabaja únicamente para producir pensamientos, conductas y emociones, controla, también, importantes funciones de nuestro cuerpo como caminar, hablar o respirar. Y la neurociencia se encarga de estudiar el funcionamiento, el desarrollo y los posibles trastornos, lesiones y enfermedades que afectan a nuestro sistema nervioso.

En la actualidad, tal como apuntan desde la Asociación, existen más de mil trastornos del cerebro y el sistema nervioso reconocidos. Desde discapacidades intelectuales y de desarrollo, problemas salud mental y conductuales, como el autismo, trastornos musculoesqueléticos, lesiones, enfermedades degenerativas, como el Alzheimer o el Parkinson, y hasta tumores cerebrales.

Existen más de mil trastornos del cerebro y el sistema nervioso reconocidos.

Las enfermedades neurológicas degenerativas y calificadas como raras, afectan aproximadamente entre el 6% y el 8% de la población mundial. Un dato nada baladí, ya que representa que más de 3 millones de españoles padecen una enfermedad rara, tal como apunta la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER), y añade que, la mayoría de los síntomas aparecen en la infancia o en la adolescencia.

Asimismo, se estima que el 80% de las mismas tienen un origen genético, afirman desde la Sociedad Española de Neurología (SEN). Lo que implica, subrayan, que el diagnóstico dependerá principalmente de la investigación y la realización de pruebas específicas que en nuestros días son escasas o tienen un coste muy elevado.

El diagnóstico dependerá principalmente de la investigación y la realización de pruebas específicas que en nuestros días son escasas o tienen un coste muy elevado.

Esto genera, según la Red Europea de Referencia sobre Enfermedades Neurológicas Raras (ERN-RND), que existen hasta 8.000 enfermedades raras que afectan la vida diaria de alrededor de 30 millones de personas en la Unión Europea. Una extensa brecha de diagnosis en la que se calcula que, más de un 60% de ciudadanos europeos con una enfermedad neurológica rara aún no han sido diagnosticados.

Más de 3 millones de españoles padecen una enfermedad degenerativa y más de un 60% de ciudadanos europeos con una enfermedad neurológica rara, todavía no han sido diagnosticados.

Los retos en la investigación

El trabajo de investigación produce adelantos en la comprensión del funcionamiento de nuestro cuerpo y en nuestra biología básica y contribuye, asimismo, al progreso en la detección y origen, prevención y búsqueda de soluciones de nuestro sistema nervioso.

Impulsar la investigación e implementación de soluciones innovadoras como, por ejemplo, la robótica, que no relega el contacto humano, sino que facilita la labor de los cuidadores, es indispensable en nuestros días para llevar a cabo proyectos y metodologías de diagnóstico de diversa naturaleza, identificar las claves terapéuticas, las herramientas, los dispositivos y las soluciones, acordes a la realidad que nos envuelve.

La investigación en soluciones innovadoras como la robótica no relega el contacto humano, sino que facilita la labor de los cuidadores.

Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), en la última década los proyectos de investigación sobre enfermedades raras y degenerativas han crecido más de un 80%. Pese a este crecimiento, añaden, todavía existe un largo camino por recorrer en materia de investigación, aplicaciones en IA y en la captación de fondos. Lograr financiación, representa uno de los principales retos para los investigadores y también para las personas por el elevado coste de algunos dispositivos.

La captación de fondos representa uno de los principales retos para los investigadores y también para las personas por el elevado coste de algunos dispositivos.

El mecenazgo científico y la participación privada en la investigación, permiten evolucionar proyectos de interés común que contribuyen en el avance y la transformación de nuestras sociedades en materia de salud y calidad de vida de las personas. Sin el mecenazgo científico, tanto privado como público, sería muy difícil llevar a cabo cualquier investigación.

De ahí la importancia de potenciar la difusión de proyectos e investigaciones con el fin de dar a conocerlos, promover su implicación en la sociedad y aumentar, en consecuencia, la participación del mecenazgo científico en España.

Abrazar el uso humanista de la tecnología con este fin, es sin duda una propuesta necesaria para el futuro de la investigación de nuestros científicos y sus mecenas, a la par que esperanzadora para las personas más vulnerables de nuestra sociedad.

 

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